Siddha
Yoga: El yoga de los perfectos
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El ideal
de un cuerpo divino fue el centro de atención de todo un movimiento cultural de
la India medieval: el movimiento Siddha, comparable quizás en occidente
al movimiento social de culto al cuerpo en las décadas actuales. Este culto
floreció entre los siglos VIII y XII d.C., ante el reconocimiento y devoción de
un grupo de seres realizados conocidos como Siddhas, y contribuyó en
gran medida a sintetizar las enseñanzas espirituales del Hinduismo, Budismo y
Jainismo, además de la alquimia y la magia popular.
El
término siddha significa “realizado”, “perfecto” y se refiere al
adepto tántrico que ha alcanzado la iluminación, o perfección (siddhi)
última, y posee todo tipo de poderes paranormales (siddhi). Según el Yoga
Śikhā Upaniṣad (I.159),
“se puede reconocer a un
‘perfecto’ por su posesión de poderes paranormales”.
El
adepto Tirumūlār, del Sur de la India, definía un Siddha
como aquél que ha realizado, mediante el énstasis yóguico, la Luz y el Poder (śakti)
transcendental.
La
estrecha relación existente entre la medicina tradicional de la India (āyurveda),
el yoga y la alquimia (rasāyana), destaca especialmente en la
tradición Siddha del Norte de la India. El Siddha es un
alquimista espiritual que trabaja o transmuta la materia impura, el
cuerpo-mente humano, en oro puro, la esencia espiritual inmortal. No obstante,
también se afirma que es capaz de efectuar una transmutación literal de la
materia. Los adherentes a esta importante tradición buscan la inmortalidad corporal
mediante una sofisticada técnica psicofisiológica que se conoce como kāyasādhana,
o “cultivo del cuerpo”. El Siddha Yoga ha constituido la base
fundamental del Haṭha Yoga y ambas tradiciones se han consolidado como
vertientes preventivas de la medicina hindú. Curiosamente, un libro sobre
medicina escrito por un autor denominado Vṛnda, lleva el título de
Siddha Yoga y otro tratado médico, esta vez atribuido al adepto del Siddha
Yoga Nāgārjuna, se titula Yoga Śataka (Cien versos
sobre yoga).
Las
escuelas más importantes del movimiento Siddha fueron las de los Nāthas
y la de los Maheśvaras. La primera se desarrolló en el Norte de la
India, especialmente en Bengala. La segunda provenía del Sur. Los Tantras
Budistas hablan de 84 grandes adeptos (mahāsiddhās),
muchos de los cuales son reverenciados aún hoy en día como semidioses. La
mayoría fueron personas corrientes sin ánimo o pretensión de enseñar o crear
escuela, pero entre ellos hay algún personaje de la realeza y también grandes
eruditos.
Según
la tradición tibetana el primer y principal adepto de los 84 Siddha fue Luipā,
que algunos orientalistas identifican con Matsyendra Nātha, el
famoso maestro del aún más famoso Gorakṣa Nātha. Innumerables
leyendas y canciones hablan de los logros espirituales y mágicos de estos dos
grandes maestros. Otro Siddha notable fue el budista Nāgārjuna,
maestro de Tilopa, el cual inició a Nāropa, el guru de Marpa,
quien a su vez instruyó al ilustre yogui-poeta Milarepa. La lista tibetana
de mahāsiddhās incluye algunos nombres que también son
reconocidos por los hindúes.
La
tradición Tamil del Sur de la India se refiere a 18 Siddhas,
algunos de los cuales fueron de origen chino o cingalés y uno se dice que
procedía de Egipto. El número 18 es tan simbólico como el 84 para los Siddhas
del Norte; ambos sugieren totalidad. Entre los Siddhas del Sur destacan
especialmente Akkattiyar (o Agastya), Tirumūlār,
Civavākkiyar y Bhogar, cuyas enseñanzas y logros mágicos
cautivaron la imaginación popular.
Las
enseñanzas de esta tradición se han preservado solo de forma imperfecta. Los
textos de referencia son totalmente legendarios, pero también se encuentran
extensos trabajos literarios y numerosas canciones místicas (dohā).
La
veneración de los personajes espirituales, como punto central de la sagrada
presencia o poder, es una práctica de la máxima importancia. La adoración del
maestro (gurupūjana) es uno de estos aspectos.
En
los últimos años, Swami Muktananda, un adepto a la tradición del Siddha
Yoga, ha captado la atención de los occidentales interesados en la
sabiduría de la India. Este maestro inició a numerosos occidentales utilizando
el método śaktipāta (descenso de la energía), mediante el
contacto físico o la simple mirada. No obstante, tras su muerte en 1982, su
organización se ha visto comprometida por testimonios y acusaciones de
sectarismo por parte de antiguos adeptos.
© Yogadarshana – Yoga y Meditación