Sādhus
y Yoguis de la India: Vaiṣṇavas, por Dolf Hartsuiker
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Vaiṣṇavas, los seguidores de Rāma |
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Hoy en día no suele adorarse a Viṣṇu
como un dios por propio derecho. Son sus reencarnaciones las que se adoran,
especialmente Rāma y Kṛṣṇa. Pero por lo
que respecta a los sādhus vaiṣṇavas es
principalmente Rāma quien les sirve de inspiración. |
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La epopeya del Rāmāyaṇa,
con sus numerosas aventuras ejemplares de Rāma, es la primera fuente
de inspiración para adoptar la exclusiva y concentrada actitud de devoción
hacia Rāma que es el signo característico de los devotos de Rāma.
Rāma desarrolla un importante papel en el Hinduismo
contemporáneo. Habita en los corazones de la gente común. Gobierna las vidas
de los sādhus que lo adoran. Para muchos sādhus,
memorizar, analizar, y asimilar la enseñanza del Rāmāyaṇa
es el objetivo al que dedican toda su vida, y algunos se convierten en
exégetas profesionales, recitando e interpretando los textos en público. |
Rāma y Sita
rodeados por los principales personajes del Rāmāyaṇa y
los más importantes dioses del panteón hindú. Arrodillándose ante ellos se
encuentra Hanumān, el fiel criado de Rāma, el
mono-dios y general del ejército de los monos. |
Se cree que simplemente el acto de
escuchar las sagradas palabras del Rāmāyaṇa es en sí
mismo liberador y puede conferir la gracia de Rāma. Y de una
manera incluso más sencilla, la continua recitación del nombre de Rāma
desde el corazón iluminará el alma. De hecho, en esta edad oscura, los
devotos de Rāma lo consideran como la única forma de alcanzar el
absoluto. Y si la iluminación no se alcanza en esta vida, puede alcanzarse en
el momento de la muerte, es decir, siempre que se muera pensando en Rāma
y con su nombre en los labios. Tal como se canta por los que acompañan los
cortejos fúnebres: “Rāma nama satya hai”, “el nombre de Rāma
es la Verdad”. |
Los Rāmānandis |
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A principios del siglo XIV, Rāmānanda
fundó una secta que tuvo numerosos seguidores: la Rāmānanda
Sampradaya, conocida popularmente como los Rāmānandis. Hoy en día, debido a su posición
dominante, se considera como una organización separada, pero oficialmente
sigue formando parte de la Sṛ Sampradaya, pues Rāmānanda
comenzó su andadura ascética como miembro de esta secta. Permaneció siendo
leal a la filosofía de su fundador Rāmānuja, pero eligió a Rāma
y Sita como sus dioses personales, e hizo de su devoción la principal
característica de las prácticas religiosas de la secta. Hablando en términos
generales, casi todos los sādhus Vaiṣṇavas son
Rāmānandis. |
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La pintura facial elaborada de Bhagwan
Das lo distingue como devoto de señor Rāma. |
Hay algunas sectas Vaiṣṇava
diferentes y pueden distinguirse por los símbolos pintados en la frente, pero
dentro de una misma secta las marcas raramente son del todo idénticas. La
mayoría de los sādhus las dan un toque personal. Y algunos hacen
variaciones más extremas en el motivo fundamental. |
El resultado puede ser absolutamente
impresionante, tal como muestra Hanumān Hari Das, pero no
implica necesariamente un estatus más elevado. Ni tampoco, por sí mismo,
refleja un mayor grado de espiritualidad. |
Los Tyagis |
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Una subdivisión importante de los bairagis
Rāmānandi (los que practican el “desapego”, el “no-apego")
se conoce como los tyāgis (“renunciantes, ermitaños"). Esta
rama también se conoce como tapasī śākhā, o “rama
de los penitentes”, puesto que realizan tapas extremos. A menudo viven aparte
de otros Rāmānandis en (o cerca de) khak-chowks,
espacios abiertos reservados para los tyāgis (kākīs)
cubiertos-de-ceniza. Los mahātyāgis o “grandes
renunciantes” son los más extremos. Viven sin abrigo y no usan ropa alguna
excepto un taparrabos; muchos guardan silencio, hacen ayunos prolongados y
practican haṭha-yoga. La mayoría de los tyāgis
guardan un dhuni. Externamente la diferencia entre tyāgis
y nāgas es insignificante. |
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Baldeo Das, el
fundador del Mahātyāgi Kalsa, se muestra de pie delante de
su pequeña ermita, formando con sus manos el tyāga mudrā. En
ambos lados de la puerta cuelgan tiestos con plantas tulsi. Los malos
espíritus nunca entran donde se colocan plantas tulsi; se consideran
el punto de encuentro entre el cielo y la tierra. Sus aromáticas hojas –se
trata de una especie de albahaca- se utilizan como ofrendas y con su madera
se forman cuentas para los rosarios (malas) de los Vaiṣṇavas. |
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Igual que un mahātyāgi,
o “gran renunciante”, Seva Das ha hecho voto de vivir siempre al aire
libre. En su “hogar” provisional, en el Kumbhamela
de Allahabad, se expone completamente al calor del día y al frío de la
noche. |
Los Sakhis |
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Un
sakhi, que considera al Señor Rāma como su amante. |
Los Vaiṣṇavas, es
decir los sādhus que han elegido a Rāma o Kṛṣṇa
como su deidad, se caracterizan por una extrema y sensible devoción, así como
por una completa auto entrega a una de sus “encarnaciones terrenales” como el
rey-dios Rāma o el pastor divino Kṛṣṇa.
La deidad se considera como una “persona” con quien el devoto puede
establecer una relación íntima, y que adopta generalmente una forma de
relación similar a la de amo-esclavo. Algunos sādhus, sin
embargo, se atreven a considerarlo como su amante, y puesto que la deidad es
varón, se considera absolutamente lógico que tienen que adoptar la postura de
“amante” femenina del Señor. Son denominados sakhis. Se imaginan
manteniendo una relación de “amor” erótico con él. Algunos sakhis
incluso llegan al extremo de fingir regularmente la cópula sexual con su
señor -- excepto en los días en que ellos tienen su “período”. |
Obviamente, las insinuaciones de su
comportamiento sexual los hacen sospechosos a los ojos de otros ascetas,
puesto que la norma es la represión de la sexualidad, no su exhibición.
Incluso aunque esta exhibición se dirija hacia una deidad. Sin embargo, es
una manera reconocida de expresar la devoción a una deidad -- y la devoción
es una característica de todos los sādhus. Estos sādhus travestis
deben distinguirse de otro grupo de travestis, o más bien eunucos, que
practican la prostitución y desagradables formas de mendicación. Los hijras,
como se conocen, se castran totalmente para iniciarse en su casta. Se
consideran como “ni hombre ni mujer”, pero se visten como mujeres y se
comportan con exagerados amaneramientos femeninos. Como en casi todas las
cosas indias, hay un significado religioso en su mutilación voluntaria y en
su comportamiento subsecuente. Durante los festivales-Rāma los hijras
pueden llegar a disfrazarse como sakhis para conseguir dinero. |
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